El próximo día 14, fecha que en 1991 marcó la inauguración con la clausura del IV Congreso del Partido Comunista, tendrá lugar un coloquio de reflexión con jóvenes investigadores que abordarán hitos de la historia nacional desde el legado del prócer independentista hasta la construcción del Socialismo.
Durante las jornadas de evocación han aflorado momentos de los nueve años que duró la construcción de la Plaza, en los cuales se volcaron los aportes de artistas y trabajadores bajo el liderazgo del escultor Alberto Lescay y el protagonismo de Guarionex Ferrer y Adolfo Escalona.
A lo largo de tres décadas, este entorno patrimonial acogió multitudinarias concentraciones populares presididas por Fidel Castro, las misas oficiadas por los Papas Juan Pablo y Benedicto XVI, además de conciertos de la orquesta Los Van Van y del trovador Silvio Rodríguez.
La iconografía que dimana del conjunto monumental con la estatua ecuestre del Lugarteniente General del Ejército Libertador, llamado también el Titán de Bronce, junto a 23 machetes alzados al cielo, simboliza la intransigencia revolucionaria de los cubanos y su vocación inclaudicable de soberanía.
Tales significados encuentran explicación en la reseña biográfica de Maceo que se expone en los salones del conjunto, donde cobra vigencia la Protesta de Baraguá, protagonizada por el jefe insurrecto ante el colonialismo español el 15 de marzo de 1878 para descartar un pacto de paz sin independencia.
Fue en esta Plaza que se realizó la vigilia con la cual los cubanos dieron el último adiós al líder histórico de la Revolución, en la noche del 3 de diciembre del 2016, tras su deceso el 25 de noviembre y el recorrido de sus honras fúnebres que conmovió al país de un extremo al otro de su geografía.
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