El curador del Museo Nacional de Historia Natural cubano, Luis Manuel Díaz Beltrán, informó en su cuenta de Facebook del hallazgo en la plataforma caliza del municipio Gibara por Alexis Silva García y José Raúl Suárez Bauzá el 7 de enero de 2010.
La nueva especie alcanza apenas 350 milímetros de longitud y presenta un collar blanco que contrasta con el negro de la superficie dorsal de la cabeza y el cuerpo gris a marrón grisáceo pálido, con unas líneas escasamente discernibles.
Asimismo, está emparentada genéticamente con la Arrhyton redimitum, también de la región oriental, pero su aspecto es único entre todas las serpientes de la isla caribeña, y como el resto es inofensiva y carece de toxicidad de importancia para las personas.
Precisó Díaz Beltrán que otra característica es la proyección cónica que tiene la escama rostral (es decir, justo en la punta del hocico).
‘El único lugar donde hasta ahora se conoce Arrhyton albicollum está bastante impactado por el vertimiento local de basura, el uso de las cuevas con diversos propósitos, y la proliferación de especies invasoras de plantas como el marabú’, agregó.
A su juicio, es posible que la serpiente se extienda, al menos, a lo largo de la franja costera y subcostera entre Puerto Padre (Las Tunas) y el municipio holguinero de Banes.
El género Arrhyton es exclusivo de Cuba y constituye 20,5 por ciento de la fauna de serpientes, lo que constituye la radiación de colubroideos más grande que existe en cualquier isla antillana.
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