El mandatario reconoció en la televisión local que emprender los cambios visibles en alrededor de 65 barrios de la capital y otras localidades del país, permitió romper el inmovilismo y la rutina, pero ello debe convertirse ‘en un catalizador que conlleve a la sostenibilidad’.
Díaz-Canel refirió que la participación de los pobladores en el planteamiento y solución de sus problemáticas ha sido una premisa de este programa social, así como la consulta en la asamblea municipal del Poder Popular y el posterior control de las acciones.
‘Lo que hemos hecho es insuficiente y está lejos de lo que debemos hacer’, afirmó el presidente cubano.
No obstante, destacó que se ha levantado el pensamiento creativo en medio de la adversa situación económica que causa al país la pandemia de la Covid-19, y la intensificación del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra la isla.
El jefe de Estado urgió a consolidar la democracia en Cuba desde la participación, el debate, la posibilidad de los ciudadanos de hacer propuestas y ejercer el control popular, además de recibir cuentas de los servidores públicos.
Vecinos de varias de las comunidades mostraron satisfacción por los avances concretos en la reparación y construcción de viviendas y espacios comunes, y el desarrollo de servicios básicos, como abasto de agua, comunicaciones y transporte.
El programa social que implementa Cuba hace alrededor de dos meses reúne esfuerzos de ministerios e instituciones, organizaciones estudiantiles y los delegados de las circunscripciones, encargados de velar por las necesidades de los ciudadanos.
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