Tras la explicación de la doctora Diana Sedal, rectora de la Universidad de Oriente (UO), acerca de los aprestos para poner a punto las condiciones mínimas necesarias en pos de la reanudación de las clases, Perdomo instó a aplicar alternativas que contribuyan a solucionar los problemas.
Un complejo panorama enfrentan las universidades cubanas, tras el empleo de muchas de sus instituciones en función del enfrentamiento a la Covid-19, principalmente como centros de aislamiento y unidades asistenciales, con el consiguiente deterioro de esas edificaciones.
Particularmente retadora se torna la situación en la UO, donde más de la mitad de la matrícula son becados, procedentes de las provincias desde Ciego de Ávila hasta Guantánamo, que precisan un mayor abastecimiento de recursos materiales.
De forma acelerada se trabaja en la reparación de los recintos de los dos campus principales, el Julio A. Mella y el Antonio Maceo, en los cuales reciben beneficios las residencias estudiantiles y las áreas docentes que permitan la actividad docente a mediados de noviembre.
El Ministro de Educación Superior, José R. Saborido, insistió en el imperativo de que se cumplan los requisitos de formación de los alumnos, de forma tal que cumplan con las exigencias de cada asignatura, aunque sea preciso, en algunos casos, el alargamiento de los tiempos.
La representación de la Federación Estudiantil Universitaria patentizó la disposición de continuar apoyando las principales tareas de acondicionamiento y limpieza en los días iniciales, tal y como lo hicieron en las zonas rojas y en faenas de impacto social en las comunidades.
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