En política, más que en cualquier otra faceta de la vida, ni todo lo que brilla es oro, ni todo lo que aparenta ser cierto lo es, escribió el doctor en Ciencias en un artículo en El Diario Latinoamericano, publicación de los hispanos en Estados Unidos.
‘Hay una línea muy delgada entre lo que parece ser la defensa del ‘bien común’ y la demagogia, que se mezcla con populismo para mantenerse en la posición que tiene o para asegurarse el poder que no posee’, ejemplificó.
Cada grupo que apoya determinada posición política, añadió, tiene una relación especial con la verdad, que muchas veces se convierte en una verdad única.
Si entendemos esto, no será difícil comprender entonces por qué no podemos caer en la trampa hacia la que guía la administración del presidente Joe Biden, la ultra derecha cubana en Estados Unidos y sus lacayos en la Isla, comentó.
De acuerdo con Tejeda, la acción callejera anunciada para el 15 de noviembre no es auténtica, porque sus promotores no agotaron todas las vías posibles de manifestación y el objetivo es instaurar ‘un orden económico y una forma de gobierno diametralmente opuestos al existente’.
El politólogo explicó que los que promueven la manifestación en la isla buscan exactamente un sistema político que fue revocado hace 62 años por una Revolución genuina y autóctona.
También apuntó que ellos están financiados por la misma potencia y los mismos grupos que durante esos casi 63 años han hecho hasta lo imposible, desde campañas mediáticas millonarias hasta actos terroristas y agresiones, para recuperar los beneficios perdidos por la oligarquía.
No enfrentar esta realidad con todos los recursos de un Estado, y con todas las fuerzas de quienes mayoritariamente apoyan el proyecto social cubano, sería una enorme ingenuidad política, aseveró Tejeda.
No tomar acción se paga muy caro, como hemos visto en tantos países víctimas del injerencismo neoliberal disfrazado de mensajero de ‘libertad’ y ‘democracia’, concluyó.
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