En declaraciones exclusivas a Prensa Latina, el director general de Agricultura de esa cartera, Miguel Rosales, explicó que esas entidades plantean un concepto superior de organización.
Ello -según explicó- con el fin de hacer más eficiente, sostenible y coherente el desarrollo integral de un área geográfica productiva.
Se trata de un sistema novedoso que expresa la articulación consciente, voluntaria y ordenada de todos los actores económicos de una zona o cultivo, significó.
Así se determina en función de la gestión integral de las cadenas agroindustriales para generar productos y servicios de alto valor agregado, acotó.
Rosales precisó que en consecuencia con esas premisas los polos productivos agropecuarios y forestales podrán obtener mejores resultados económicos y sociales.
Representarán un salto en el fortalecimiento de la empresa estatal socialista y una oportunidad para que recupere su liderazgo ante la base productiva y el desarrollo local, expresó.
Para ello, apuntó, se cuenta con tierras suficientes, incluso muchas que están hoy ociosas y cubiertas de maleza ya están en preparación y siembra por empresas agrícolas.
El objetivo es garantizar el abastecimiento a las grandes ciudades, el encargo estatal (suministro estable de arroz, frijoles, carne, leche, café, cacao y madera) la industria alimenticia, el turismo y la exportación, subrayó.
Mediante la Resolución 384 del Ministerio de la Agricultura será posible la integración voluntaria de empresas, cooperativas, productores individuales, trabajadores por cuenta propia (privados), entidades de ciencia, tecnología e innovación y las universidades.
Todo esto según la normativa en un ciclo productivo que va desde la siembra hasta el procesamiento industrial y la comercialización, incluso la exportación.
Interrogado sobre las facultades y funciones de estos polos, Rosales los describió como una vía para el desarrollo con nuevas tecnologías y los adelantos de la ciencia.
Favorecer la asistencia técnica, la capacitación y el extensionismo agrario, además de facilitar el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades donde estén enclavados, añadió.
Al constituirse en un área geográfica determinada deben ser fuente de empleo seguro, reportar beneficios económicos y sociales, introducir tecnologías como la agricultura de precisión, semillas y razas de animales productivos de alto valor genético y prestar servicios profesionales a la base productiva.
Los polos, agregó, podrán especializarse en cultivos varios, arroceros, tabacaleros, azucareros, citrícolas, cafetaleros, cacaoteros, de fibras naturales, avícolas, ganaderos, porcinos, madereros, frutales, granos, y otras producciones agropecuarias y forestales.
Actualmente el país trabaja en la creación de 64 polos: cuatro de arroz y granos, tres frutales, 15 de cultivos varios, cinco de café, cacao y coco, ocho madereros, uno apícola, seis para alimento animal, 13 ganaderos, cinco tabacaleros, dos avícolas y dos porcinos, los cuales deben quedar totalmente constituidos en 2023.
La creación de estas organizaciones que no suplantan ni crean nuevas estructuras, es una de las 106 medidas aprobadas por el Gobierno para fortalecer al sector agropecuario y a la empresa estatal socialista, con el objetivo de avanzar en mejores condiciones y aumentar el suministro de alimentos a la población.
El director general de Agricultura del Minag insistió en que esta iniciativa favorecerá el encadenamiento productivo con la industria y la comercialización, como ya lo demuestra el Polo Productivo Cítricos y Frutales Ciego de Ávila, el cual tiene como coordinadora a la Empresa Agroindustrial Ceballo, con experiencia en la exportación.
Se trata de una medida práctica para organizar la actividad agrícola y los procesos en el campo, facilitar el encadenamiento, concentrar los escasos recursos que dispone el país en los lugares más productivos y obtener mayores resultados, afirmó.
También usar eficientemente la maquinaria, aplicar la diversificación de los cultivos y mejorar las técnicas de riego, el transporte y la logística en general, dijo.
Rosales señaló que además deberán dar un uso eficiente y rotación debida a la tierra con el fin de garantizar la continuidad de la siembra y el abastecimiento permanente a la agroindustria.
Igualmente elevar los rendimientos agrícolas por hectáreas sobre la base de la aplicación de la ciencia, y el empleo adecuado de semillas, fertilizantes y plaguicidas.
Serán la vía idónea para alcanzar una debida correspondencia entre los recursos invertidos y los volúmenes de producción que demanda el país en función de la alimentación de la población, puntualizó.
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