Bajo el liderazgo de la coreógrafa Rosario Cárdenas, el conjunto constituye un referente en el desarrollo de una metodología del movimiento corporal y formación de los bailarines, basada en procedimientos matemáticos.
Según confesó la bailarina de 68 años a Prensa Latina, el análisis combinatorio de permutaciones, conmutaciones, entre otros cálculos representó el punto de giro de su carrera, pues “necesitaba una plataforma conceptual donde pensar, crecer y trabajar».
La agrupación devino laboratorio de experimentación para poner a prueba su teoría, con un trabajo de investigación que abarca el estudio del cuerpo en su globalidad somática, canaliza emociones, articula magia y compases como quien suma, resta y multiplica, para así estampar su sello singular en las artes escénicas.
Primero conocida como Compañía Rosario Cárdenas, hasta adoptar su nombre actual, Danza Combinatoria lleva a los escenarios una obra cargada de emociones, diversa, abierta y hasta incómoda para algunos.
“El defender y valorar el cuerpo en toda su dimensión, siempre con elegancia, delicadeza y nivel poético, nos legó una marca de autenticidad y me gusta, representamos lo diverso y los bailarines se identifican con eso”, señaló la Premio Nacional de Danza (2013).
“Sentía que la manera en la que quería trabajar necesitaba otro tipo diseño”, recordó -en entrevista concedida durante las celebraciones por el Día internacional de la Danza- y explicó que su labor bebe de la imagen y universalidad de la cultura cubana, con «alusiones a nuestros grandes escritores, músicos y poetas».
«Desde el punto de vista del lenguaje del movimiento mis creaciones se distinguen por los desplazamientos en el espacio, las composiciones, la interrelación entre bailarines y su capacidad de representar la versatilidad de las relaciones humanas sin distinciones de género u orientaciones sexuales», apuntó.
Obras como Dédalo, Imago, Grifo, Germinal, El ángel interior y Canción de cuna, figuran actualmente en el repertorio de Danza Contemporánea, respaldada por exponentes de diversas expresiones artísticas, como los compositores Juan Piñera, José Maria Vitier, Rembert Egües y Frank Fernández; el pintor Manuel López Oliva, entre otros.
Prestigiosos festivales y eventos en México, Venezuela, España, Australia, Jamaica, Hungría, Corea, y otros países, acogieron la formación, con piezas como Del espectro nocturno, Bajo raíces, Noctario, María Viván, Dador, Ouroborus, La Stravaganza, Zona-Cuerpo, Tributo a El Monteo, entre varias.
Tres décadas y dos años después, Danza Combinatoria marca el ritmo de la contemporaneidad, defiende una técnica y estilo únicos, para ubicarse entre los mejor del panorama danzario cubano y universal.
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