El fósil, perteneciente a un infante de entre cuatro y seis años, dijeron los científicos, se encontró en las profundidades prácticamente inaccesibles de la cueva Rising Star, al suroeste de Pretoria.
El cráneo hallado consta de 28 fragmentos óseos y seis dientes y, cuando se reconstruyó, mostró las órbitas frontales y la parte superior de la bóveda craneana.
Los investigadores apodaron al niño como «Leti», a partir de la palabra setswana «letimela» que significa «el perdido».
Paralelamente al anuncio público, el equipo de investigadores, integrado por 21 profesionales de Witwatersrand y otras 13 universidades, publicó el hallazgo en dos artículos separados en la revista Open Access, PaleoAnthropology.
En los textos, los autores explican que los restos del cráneo fueron hallados a unos 12 metros más allá de la Cámara Dinaledi, el sitio original del descubrimiento de los primeros restos de Homo naledi, que fueron revelados al mundo en 2015.
Homo naledi sigue siendo uno de los parientes humanos antiguos más enigmáticos jamás descubiertos, afirmó Lee Berger, líder del proyecto y director del Centro de Exploración del Viaje Humano Profundo de la Universidad de Wits y explorador general de la National Geographic Society.
Es, claramente, una especie primitiva, agregó, que existió en una época en la que antes pensábamos que solo los humanos modernos estaban en África.
Su sola presencia en ese momento y en este lugar complica nuestra comprensión de quién realizó primero acciones con respecto a la invención de culturas complejas, de herramientas de piedra e incluso prácticas rituales.
En total en el complejo cavernario de Rising Star, uno de los sitios más prolíficos de descubrimiento de fósiles de homínidos en el mundo, se han encontrado casi dos mil fragmentos individuales de más de dos docenas de individuos en todas las etapas de la vida del Homo naledi, reza un comunicado de la universidad.
El cráneo del niño presentado hoy se recuperó durante un trabajo adicional en los espacios reducidos de la cueva en 2017.
Ese fósil se halló solo y no se han recuperado restos de su cuerpo. Berger afirmó que el trabajo continúa en todo el sistema de cuevas con la esperanza que nuevos descubrimientos arrojen más luz sobre si estas cámaras y pasajes son, de hecho, un cementerio de Homo naledi, hipótesis más plausible según los científicos.
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