La llegada de una quinta ola de la pandemia que azota al país desde marzo del año pasado es ya una posibilidad real, y el ministro de Salud Olivier Véran admitió que la misma pudiera impactar en las próximas semanas, “durante este otoño-invierno”.
Bastaría con mirar a nuestros vecinos y el aumento de la incidencia, advirtió el funcionario, quien consideró la baja de las temperaturas y el incremento de la humedad como agentes que favorecen la multiplicación del coronavirus SARS-CoV-2, patógeno responsable en suelo galo de más de 117 mil decesos.
Para Véran, el momento es de vigilancia y solidaridad, pero insistió en que Francia tiene diversos recursos a su favor para evitar un letal rebrote.
Reino Unido, Países Bajos, Bélgica y Dinamarca viven un retroceso significativo en la lucha contra la Covid-19, mientras el sur del continente europeo parece de momento menos vulnerable frente a la enfermedad.
En Francia, la tasa de contagios por cada 100 mil habitantes superó desde hace algunos días el umbral de alerta, situado en 50, lo que explica la primera medida gubernamental, el regreso del uso obligatorio de la máscara en las escuelas a partir del lunes en 61 de los 101 departamentos.
La víspera, el Ministerio de Salud confirmó nueve mil 502 nuevos casos, después de anunciar más de 10 mil el miércoles, cifras que no se veían en el país desde mediados de septiembre.
El panorama en los hospitales sigue relativamente estable, con seis mil 718 personas ingresadas y mil 99 pacientes atendidos en cuidados intensivos, pero el aumento de los casos amenaza la estabilidad.
Respecto a la tasa de reproducción del SARS-CoV-2, llegó a 1,16 para confirmar el peligroso escenario, mientras la positividad de las pruebas de diagnóstico de la Covid-19 subió a un 2,5 por ciento.
Las próximas semanas serán clave, en medio de la preocupación expresada ayer por la Organización Mundial de la Salud por la situación en Europa, convertida otra vez en epicentro de la pandemia.
El gobierno apela a herramientas como la administración de una tercera dosis de las vacunas contra la enfermedad y a la posibilidad de extender hasta el verano de 2022 el uso del pase sanitario, objetivo este último en el que enfrenta la oposición de varios sectores, que lo acusan de banalizar el documento y de coartar libertades individuales y colectivas.
Francia tiene al 73 por ciento de su población con un esquema completo de inmunización frente a la Covid-19, pero cerca de siete millones de ciudadanos elegibles siguen sin vacunarse.
jha/wmr
