Cerca de la villa trinitaria, declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1988, la instalación enclavada en la península de Ancón está rodeada de hermosas playas y en su diseño sobresalen detalles de la arquitectura colonial.
A la anterior, se unen La Ronda y Las Cuevas, también del grupo Cubanacán, y en Topes de Collantes Los Helechos, Kurhotel Escambray y villa Caburní, de Gaviota.
Este será un proceso escalonado al que le siguen Rancho Hatuey y Los Laureles, de la cadena Islazul, así como los de la línea Encanto (E) –Rijo, Plaza y Don Florencio-, todos ubicados en la ciudad de Sancti Spíritus, fundada al igual que Trinidad en 1514.
Reinier Rendón, delegado del Ministerio del Turismo en la provincia, dijo que en la planta hotelera y extrahotelera se efectúan acciones de limpieza, pintura y reanimación de áreas y servicios, sin descuidar las que garantizarán un turismo más higiénico y seguro.
Resaltó que existe un número de vacacionistas con interés en hospedarse en las instalaciones del territorio y comienzan a hacer sus reservaciones.
“Habrá actividad en dependencia del cumplimiento de las medidas sanitarias, del incremento de la demanda y el crecimiento de los mercados. Hay mucha responsabilidad en esta reapertura”, finalizó.
Trinidad es considerada una de las urbes coloniales mejor conservadas de América y une a sus reconocimientos los de Ciudad Artesanal y Creativa del Mundo, esta última en artesanía y artes populares.
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