Son acciones en las cuales laboran a tiempo completo cientos de funcionarios, cientistas sociales, comunicadores y especialistas en operaciones encubiertas y subversivas, subrayó el artículo del doctor en Ciencias José Bell Lara, de la Universidad de La Habana.
El investigador abordó el extenso historial de operaciones contra la nación antillana, entre ellas el auspicio a organizaciones contrarrevolucionarias; campañas de sabotaje a la economía; organización y apoyo logístico y material a bandas armadas, y guerra biológica, por solo mencionar algunos ejemplos.
El artículo divulgado por Cubadebate apeló también al recrudecimiento en el periodo de la pandemia de un bloqueo “brutal”, con impactos en todas las fuentes de ingreso y perjuicios de alrededor de cinco mil millones de dólares anuales.
“Han fracasado, pero no cesan en sus propósitos”, dijo Bell Lara, en alusión a cómo se reorganiza el propósito de destruir la Revolución con nuevos elementos, a partir de la intensificación de las acciones subversivas.
Entre ellas están incluidas las protestas del pasado 11 de julio en varias ciudades del país, marcadas por un escenario de violencia, así como la marcha que pretende realizarse el próximo 15 de noviembre, el mismo día en que Cuba abre sus fronteras y comienzan las clases en las escuelas, acotó el académico.
Como es de esperar ha recibido el apoyo de la administración del presidente norteamericano Joe Biden, de su aparato propagandístico y de la mafia terrorista que lucra en Miami con el negocio de la lucha contra la Revolución Cubana, apuntó.
“En mi opinión, autorizar acciones promovidas, financiadas y dirigidas a través de los mecanismos de subversión de la actual administración estadounidense, sería legalizar que los EE.UU. se convirtieran en un actor interno del país”.
Bell Lara reconoció en su artículo insuficiencias que enfrenta la nación caribeña, entre ellos directivos sin la suficiente autonomía y otros con métodos de trabajo obsoletos, así como la necesidad de revitalizar las organizaciones de masas.
No obstante, insistió en que la actual dirección del país aboga por la participación ciudadana, dialoga con diversos sectores de la sociedad para construir juntos el proyecto de país, y desarrolla en comunidades vulnerables una transformación integral junto a la búsqueda de soluciones a problemas de los ciudadanos.
A juicio del investigador resalta también, en el complejo contexto de la pandemia, la creación de vacunas propias anti-Covid19 y la aplicación de medidas económicas que buscan un impulso en el sector, como la creación de micro, pequeñas y medianas empresas y el impulso a las cooperativas no agropecuarias, entre otras.
El enfrentamiento a la Covid-19 mostró la capacidad del Gobierno para gestionar una crisis simultánea de salud y de la economía, recalcó el académico.
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