En una declaración, los cubanos en Dominicana manifestaron que “nadie, absolutamente nadie, puede aprobar los intentos de desestabilización del país, sobre todo porque la Patria, o Madre mayor, como la calificó José Martí, intenta, pese a todo, lograr una nueva normalidad, en la cual necesitamos estar unidos».
Reafirmaron la disposición de permanecer al lado de sus hermanos, padres, hijos, familiares y amigos, en momentos en los cuales la nación enfrenta grandes desafíos.
Asimismo, destacaron el esfuerzo de quienes lograron, hasta con el precio de sus propias vidas, la disminución de los casos de Covid-19 y un avance significativo en el proceso de vacunación.
Exaltaron el sacrificio de los hombres y mujeres de las batas blancas en ese período en que alcanzó la cifra de los 10 mil casos diarios, y cómo los científicos cubanos lograron, tras largas horas de incansable trabajo, apresurar las etapas de investigación y ensayos clínicos de los fármacos cubanos.
Para ellos el respeto profundo, esa ceremonia la cual desde el corazón es ofrecido a los grandes seres humanos que luchan y logran revestir de amor su obra de salvar vidas, aun en tiempos tan convulsos y difíciles.
Finalmente, el documento apuntó, cómo la reanimación de la economía exige soluciones en condiciones tan complejas como las existentes, agudizadas por un bloqueo el cual lejos de cesar, es agravado.
Sin embargo, precisaron, “en medio de todo esto, se vive con la esperanza de un inicio del curso escolar en las aulas, y de celebrar con alegría el aniversario 502 de la Villa de San Cristóbal, cuyas actividades conmemorativas comenzaron a hacerse sentir en la capital habanera”.
Nos unimos al concepto de paz, señalado por la dirección histórica de la Revolución Cubana, recordado por el presidente de la mayor de las Antillas, Miguel Díaz-Canel, el pasado 12 de noviembre: “Somos, ante todo, una nación de paz, una nación de solidaridad, de amistad. Nuestra divisa es la paz”, concluyó la declaración.
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