Desde la evocación al eterno historiador y doctor en Ciencias Históricas Eusebio Leal Spengler, el mandatario participó en la develación de una tarja justo sobre un banco donde el enamorado de la capital cubana a veces se sentaba para descansar en medio de la vorágine de la jornada.
Asimismo, Díaz- Canel develó la estatua a tamaño natural realizada por el notable escultor cubano José Villa Soberón y emplazada en los portales del otrora Palacio de los Capitanes Generales, donde residió la Oficina del Historiador por muchos años. La efigie asemeja el pausado caminar de Leal con el gesto solidario, amable y respetuoso que siempre lo caracterizó durante más de medio siglo por estas calles y barrios de gentes humildes del Centro Histórico de la Ciudad Maravilla.
El presidente acompañó la peregrinación desde la Plaza de Armas hasta el Templete, acto ritual que, cada año, reúne a los habaneros alrededor de la ceiba sagrada y sitio fundacional donde se ofició la primera misa y surgió el primer cabildo.
Durante la ceremonia, el Doctor Félix Julio Alfonso afirmó que a Leal le quedaba mucho por hacer y resaltó que “su ejemplo de consagración a la obra de restaurar La Habana Vieja, debía constituir motivo de inspiración para quienes tenemos la dicha y el compromiso de continuar, desde la fidelidad y el respeto, aquella colosal faena”.
A la cita acudieron Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido en la provincia; Reynaldo García Zapata, Gobernador de La Habana; Perla Rosales, Directora General Adjunta de la OHC, entre otras personalidades, junto a directivos y trabajadores de la institución.
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