Según el diario The Globe and Mail, los granjeros advirtieron de la devastación después que se detengan las exportaciones del tubérculo fresco a Estados Unidos debido a un brote de hongos.
En octubre, la Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos suspendió la venta de siembra después de que en el producto se encontró un hongo que causa la enfermedad de la verruga de la patata.
La decisión pudiera costar a la provincia millones en ingresos perdidos. «Va a ser una devastación», dijo Greg Donald, director general de la Junta de Patatas de la Isla del Príncipe Eduardo. «El efecto dominó es incomprensible. Creo que esto sería criminal si no se revierte», apuntó.
Pero el lunes la agencia sorprendió al sector al anunciar que ampliaba la prohibición para incluir las patatas frescas. La prohibición no incluye las patatas procesadas ni limita las exportaciones a otras provincias o países, señaló el diario.
Esa industria de la región tiene un valor de más de mil 300 millones de dólares al año y emplea al ocho por ciento de la mano de obra de la isla, según la Junta de la Patata local.
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