El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo que la policía y el personal del ejército brindarían estabilidad y seguridad a la nación insular del Pacífico.
La violencia comenzó la víspera, cuando manifestantes irrumpieron en el Parlamento en un intento por derrocar al primer ministro Manasseh Sogavare.
Este jueves, las multitudes desafiaron un encierro e incendiaron edificios gubernamentales, una estación de policía y negocios.
Aunque se impuso un toque de queda de 36 horas después de los disturbios en Honiara, la capital, los protestantes lo desafiaron para tomar las calles el jueves en el barrio chino.
Según reportes de prensa, la mayoría de los manifestantes son de la vecina isla de Malaita, que durante mucho tiempo critica la negligencia del gobierno central.
Morrison declaró que recibió una solicitud de asistencia de Sogavare, en virtud de un tratado de seguridad que Islas Salomón firmó con Australia en 2017.
Mediante ese pacto, la policía australiana, la defensa y el personal civil asociado se desplieguen rápidamente en las Islas Salomón en caso de una emergencia.
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