Conocida como «La Ecuatoriana del Siglo XX», la escritora, activista, política y primera mujer diputada en este país sudamericano, estuvo vinculada al proceso cubano desde sus inicios.
Asimismo, fue galardonada con la Orden Ana Betancourt, máxima distinción otorgada a féminas que dentro y fuera de Cuba sobresalen por el esfuerzo excepcional de lucha revolucionaria y política, el trabajo científico, la creación artística y el empeño hacia alcanzar una paz justa para los pueblos.
En ocasión de los cinco años de la partida de Fidel Castro y del 109 aniversario del natalicio de Nela Martínez, cumplidos la víspera, Prensa Latina transmite la carta escrita al «comandante en jefe» el 21 de mayo de 2003, en medio de la batalla de ideas librada por Cuba, asediada y bajo bloqueo económico, financiero y comercial desde Estados Unidos.
Compañero Fidel:
Vuelvo a saludarlo con solidaridad y afecto. La solidaridad es la misma que tuvimos al recibir la bandera cubana, arriada por órdenes del Imperio. La guardamos con cariño y respeto. La devolvimos al Gobierno de Cuba cuando se restablecieron las relaciones.
El afecto viene desde antes -Martí al medio- por su lucha histórica agrandada en la Sierra Maestra. Se volvió extraordinaria gracias a su pueblo y a la indeclinable acción y conducción de sus dirigentes, usted a la vanguardia, que engrandecieron, más que todo, a este Continente.
Es cierto que Cuba es una Isla, pero engrandecida por su Revolución. Su valor y sus logros la vuelven más importante que todos los otros países juntos. Y la conciencia, heredada desde Bolívar, renace con ella. Las malhadadas declaraciones de Bush reafirman nuestra confianza y nuestra adhesión a Cuba.
Quienes hoy se atreven a criticarla por las medidas tomadas contra la traición tratan, en el fondo, de ocultar el comienzo de la defección, la misma que no ha tardado en volverse cómplice de las ambiciones imperiales. La Independencia de Cuba es la esperanza de una humanidad que aspira a tenerla. Defenderla es nuestra obligación irrenunciable.
Yo, la más humilde de sus amigas, levantaré el hecho de mis noventa años como una enseña de vida y lealtad. Ofrezco mis manos a Cuba, para la tarea que necesite.
Llamamos al Che y su ejemplo. Muerto vive y nos convoca. Cuba es nuestra estrella.
Nela Martínez
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