A propósito de conmemorarse el quinto aniversario de su fallecimiento, el diplomático subrayó que Fidel fue enemigo sin par de las injusticias, y de los primeros en denunciar el régimen despótico de Fulgencio Batista que en ese entonces implantó una dictadura tras el golpe de Estado de 1952.
“La vida de Fidel no puede reducirse a unas pocas líneas. Su vínculo permanente e indisoluble con el pueblo, su brillante oratoria, su magisterio constante y entrega sin límites a la causa de la Revolución, dejaron una huella imborrable en el pueblo cubano y sirvió de inspiración a millones de hombres y mujeres en todos los continentes”, enfatizó Castillo.
Integrantes de las misiones estatales, amigos de la mayor de las Antillas y residentes cubanos en Haití rindieron tributo a quien constituye un paradigma para las actuales y futuras generaciones, además de guía para los que aspiran a un futuro mejor.
“Fidel demostró que imposible no es cubano y tampoco es revolucionario. Ese es uno de sus legados que nos debe acompañar siempre ante cualquier adversidad”, dijo por su parte, Jean Yvon Virgile, representante del Movimiento Haitiano de Solidaridad con Cuba, durante la ceremonia efectuada en la embajada de la isla.
Virgile quien estudió en Cuba, también celebró la histórica relación del comandante con Haití, y su tenaz deseo de ayudar al hermano pueblo caribeño, que inició en los albores de la revolución cuando ofreció la nacionalidad a los migrantes haitianos, y hoy continúa con los cientos de médicos y otros especialistas que permanecen aquí por más de dos décadas.
En el acto Elizabeth Consuegra, vicecoordinadora de la Brigada Médica de Cuba en Haití, recordó que un 25 de noviembre Fidel emprendió la expedición del yate Granma, que a la postre derrotó a la tiranía y dio paso a la naciente Revolución victoriosa.
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