Trataron de movilizar a los disidentes, a los desafectos que en todo proceso revolucionario existen, pero fracasaron.
Podemos decir, al observar lo ocurrido el 15 de noviembre, que perdieron de manera rotunda, sufrieron un fiasco vergonzoso empezando por aquel marqués desubicado y los expresidentes que también alentaron esta empresa fallida.
También podemos decir lo mismo a algunos mal informados sobre los alcances de un proceso revolucionario que se sobrepone a más de 60 años de un bloqueo realmente inhumano.
Lo del 15N fue una operación fallida, como bien dijo el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez; ha sido también un nuevo triunfo de carácter popular.
Quienes esperaban que hubiera una gran marcha en Cuba, se consuelan en sus diarios al decir que fue exitosa… en Miami y en Madrid, pero en La Habana, en las principales ciudades de Cuba, no pasaron ni pasarán.
Nunca reconocerán los enemigos de la Revolución cubana y de todo proceso de cambio radical como son los procesos revolucionarios, el valor, la entrega, la dignidad, el coraje de un pueblo que nos conmueve desde hace ya muchas décadas por su resiliencia, sentido de pertenencia y amor a la libertad.
Como decía el poeta cubano Fayad Jamís, “Por esta libertad, todo”
Mi saludo a este nuevo triunfo de la Revolución cubana y en nombre Red en Defensa de la Humanidad-Perú, debo remarcar dos o tres hechos que son signos de paz, armonía y justicia social que los medios ocultan o tergiversan de la manera más perversa.
SIGNOS DE PAZ, ARMONÍA Y JUSTICIA SOCIAL
Mezquinamente ocultan que el 15N, mientras ellos animaban y auspiciaban un supuesto gran movimiento contra la Revolución en Cuba, se reiniciaran las clases escolares, con la niñez vacunada contra la pandemia de Covid-19.
¿Acaso no es un triunfo que un país acosado tantos años en contra de su proceso revolucionario logre que sus profesores y niños vuelvan a clases de manera organizada y masiva?
Los otros, los que auspiciaban marchas contrarrevolucionarias bajo la siglas 15N, ahora tendrán que marcar en su agenda que el 15 de noviembre se reiniciaron las clases en Cuba, que fueron derrotados.
Y en Cuba los niños volvieron a la escuela con el saludo de siempre: “Pioneros por el comunismo, seremos como el Che”.
Es otro logro, un canto a la paz, que en medio de tantas perversidades inocultables contra la Revolución cubana, continúa la 14 versión de la Bienal de La Habana, de ese festival de la magia de los colores y la plástica, un canto al arte en medio de la pandemia, del acoso del imperialismo.
Cuba apoya y auspicia esa famosa y respetable bienal de arte contemporáneo, en la que han participado notables pintores, artistas de todo el mundo en la sala que lleva el nombre Wifredo Lam, uno de los grandes genios de la creatividad latinoamericana, y en otros espacios.
Me preguntaba por qué ocultan o tergiversan los logros de la Bienal, en la que este año se discute un tema que nos compromete a todos los latinoamericanos, Colonialidad y descolonización en nuestro continente.
Para que tomemos conciencia de que en nuestros discursos, obras artísticas, literarias y de toda índole, debemos responder a una historia que nos convoca.
Y también el 15 de noviembre se abrieron las puertas de Cuba para el turismo con todos los protocolos del caso, a fin de que vuelvan los viajeros del mundo a reencontrarse con la Isla.
Nada de eso aparece en los medios, solo los infundios, las versiones subalternas e interesadas. Pero confiemos, que la patria de Fidel Castro y José Martí continuará su marcha victoriosa.
Mi saludo al heroico pueblo de Cuba, al gobierno de Cuba que supo, sin duda alguna y de la manera más transparente, defender un proceso que también es nuestro.
arb/hpg-mrs
(*) Poeta y coordinador del Capítulo Peruano de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad (REDH).
