Al iniciar el primer taller virtual con promotores de varios organismos e instituciones cubanas sobre educación popular en soberanía alimentaria, precisó que estas acciones son imprescindibles para apoyar cualquiera de los programas agroalimentarios que impulsa el país, con el fin de que la población sea protagonista y no solo beneficiaria.
Betto significó que sin una educación nutricional se dificulta ganar conciencia de su importancia y será imposible implementar y llevar a feliz término el Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, SAN, porque su razón de ser es impulsar la producción de alimentos desde las comunidades.
En sus palabras inaugurales destacó que el plan SAN tiene que erradicar totalmente la inseguridad alimentaria, porque aunque en Cuba «no hay hambre si tiene mucho apetito» agravado por las prohibiciones del bloqueo económico de Estados Unidos que encarece las importaciones de alimentos.
Con asesor de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), reconoció avances en la implementación de ese programa diseñado para facilitar la organización de sistemas alimentarios locales, soberanos y sostenibles que integren la producción, transformación, comercialización y consumo de alimentos.
Aprobado el 22 de julio de este año, SAN se sustenta en la capacidad de la nación de dar acceso a la población a una alimentación balanceada, nutritiva e inocua, con una reducida dependencia de medios e insumos externos, con respeto a la diversidad cultural y responsabilidad ambiental.
Según el reciente informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2020, la prevalencia de la subalimentación o hambre en la población total en Cuba es inferior al 2,5 por ciento y es una de las tres naciones en el área latinoamericana y caribeña —junto a Brasil y Uruguay— que exhiben los mejores resultados en ese sentido.
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