La asociación de los llamados Caimaneros, compuesta por exestudiantes angoleños en la isla, es la promotora de la iniciativa que, de manera periódica, llega a distintos barrios y comunidades para acercar los servicios asistenciales a la población.
Galenos de los dos países comparten habitualmente la experiencia, pero en esta oportunidad tuvo un valor simbólico adicional, refirió el administrador adjunto para el área de política social y las comunidades de Cazenga, Constantino de Almeida.
Según explicó, la feria sirvió para evocar el legado de dos estadistas “que en vida dieron lo mejor de sí por el bien de la humanidad”: el primer presidente de Angola, Agostinho Neto, y el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro.
En nombre del gobierno de su país, la cónsul Dallamí Díaz recordó la conmemoración el pasado 25 de noviembre del quinto aniversario de la desaparición física de Fidel, “quien nos enseñó, entre otras muchas cosas, el valor de la solidaridad”.
La diplomática distinguió los nexos históricos de la nación antillana con África y, en particular, con el pueblo angoleño.
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