“Spasiva” (gracias en idioma ruso), repitió en varias ocasiones durante la noche el director de la banda, Alexander Abreu, agradecido por las más de mil personas congregadas en la céntrica sala moscovita. “Spasiva”, le respondió también muchas veces el público.
No importaron las bajas temperaturas, al 1930 llegaron cientos de bailadores, la mayoría rusos, aunque también muchos cubanos, quienes se movieron durante casi dos horas al ritmo de una de las principales formaciones musicales de la isla.
“Este ha sido uno de los conciertos más grandes que hemos hecho en toda la gira. El público espectacular. En buena medida increíble con la música que hacemos”, declaró a Prensa Latina y teleSur el cantautor cubano, refiriéndose a la diferencia de cultura y de idioma que no constituyeron obstáculos para el entendimiento.
Acerca de la “química” lograda con el público, aseguró que tal comunicación la alcanza la música. “Nosotros somos portavoces de un género que ha trascendido por muchos años y lo estamos defendiendo con mucha fuerza”, dijo, a la vez que subrayó su propósito de rescatar esos valores para transmitírselos a los jóvenes.
En esa línea fue el repertorio conducido por el grupo en Moscú, artillado con clásicos de su colección, así como los nuevos temas incluidos en el disco Será que se acabó, estrenado en octubre de 2020, que constituye un homenaje a éxitos de la música popular bailable cubana de los años 90 del pasado siglo.
Sobre el impacto de la presentación en Moscú de la agrupación cubana, Gerard Baltazar, fundador de Latin Stars Factory y a cargo de la producción del concierto, destacó la calidad del espectáculo y la intención de encaminar nuevos proyectos con Rusia en el próximo año que involucren a agrupaciones cubanas y de América Latina.
Advirtió que todo dependerá del mejoramiento de las condiciones epidemiológicas provocadas por la Covid-19, pero insistió en que su objetivo es seguir trabajando para promocionar la música cubana y latina en este país.
Sobre la gira de dos meses y medio por escenarios de España, Francia, Suecia, Dinamarca y Alemania, Abreu señaló que, a pesar de las restricciones a causa de la pandemia, resultó espectacular y se desarrolló cumpliendo con todas las normas sanitarias establecidas.
“Ha sido una gran victoria de la música cubana, porque nosotros representamos a la música cubana y a cada una de las agrupaciones que defienden este género”, significó.
El director de Havana D’ Primera calificó el periplo europeo como una experiencia histórica, precisamente por haberse desarrollado de manera impecable, con toda la energía positiva, en “medio del ojo del huracán” de la Covid-19.
“Hemos hecho esta gira y estamos a salvo. Significa que estamos protegidos. Y el trabajo que se ha hecho en cuanto a todas las medidas sanitarias, y el trabajo que han hecho todos los científicos cubanos pues ha dado resultado. Somos la prueba de eso”, apuntó.
Sobre los planes a su regreso a la nación antillana, indicó que Havana D’ Primera, en lo inmediato, se atendrá a las limitaciones dispuestas para las agrupaciones musicales de tanta convocatoria, para cuidar a la población del contagio por la pandemia, y que el 2022 será de mucha música y un disco nuevo.
Preguntado sobre la impronta de la isla caribeña en su vida y en su obra, el afamado músico aseguró: “Yo no puedo crear sin la musa Cuba, tengo que vivir en Cuba”, apuntó.
“Yo puedo vivir fuera y quizás pueda ser el primer trompeta, el segundo o el tercero de cualquier orquesta en el mundo entero por la formación que he tenido en Cuba, pero para crear música cubana hay que vivir en Cuba”, enfatizó.
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