La delegación afgana fue liderada por el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Amir Khan Motaqi, mientras el representante especial de Estados Unidos para Afganistán, Thomas West, dirigió la comitiva estadounidense, señaló la agencia de noticias The Khaama Press.
Ambas partes hablaron de cuestiones humanitarias, de garantizar el paso seguro de extranjeros y afganos por parte de los talibanes, y de la lucha contra el terrorismo.
Los funcionarios talibanes pidieron a sus homólogos estadounidenses en Doha descongelar las reservas monetarias de Afganistán.
El portavoz de la cancillería afgana, Abdul Qahar Balkhi, pidió en un mensaje en Twitter a Estados Unidos liberar incondicionalmente más de nueve mil 500 millones de dólares bloqueados en bancos, retirar a los líderes talibanes de la lista negra y desvincular las cuestiones humanitarias de las políticas.
El representante especial Thomas West prometió apoyar los esfuerzos de la ONU y otros grupos humanitarios en Afganistán y reconoció que Washington «se compromete a garantizar que las sanciones estadounidenses no limiten la capacidad de los afganos de recibir ayuda humanitaria».
Mientras, Estados Unidos sigue firme en sus sanciones contra los líderes talibanes y las reservas congeladas de Afganistán.
Desde el ascenso al poder en Kabul del movimiento Talibán, Afganistán está inmerso en una crisis humanitaria y necesita ayuda internacional urgente.
El grupo armado fundamentalista radical islámico conquistó el país a mediados de agosto pasado, mientras Estados Unidos y la OTAN sacaron sus tropas tras 20 años de ocupación y billones de dólares en gastos de guerra, con saldo de miles de civiles muertos.
Afganistán está actualmente más pobre que hace dos décadas, con 23 millones de habitantes amenazados por el hambre.
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