Al intervenir en un foro dedicado al tema, el representante permanente de la isla lamentó que el fenómeno persista 20 años después de adoptada la Declaración y el Programa de Acción de Durban, y a más de medio siglo de la entrada en vigor de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial.
Los objetivos trazados en esos documentos para la lucha contra todas las formas de racismo, discriminación racial, xenofobia y otras formas conexas de intolerancia, están aún muy lejos de alcanzarse, subrayó en la sesión 11 del Comité Ad Hoc para la elaboración de normas complementarias a la Convención.
Quintanilla también rechazó el incremento de los discursos de odio y de las acciones violentas contra minorías, migrantes y refugiados, y en algunos casos contra pueblos enteros.
La crisis global multidimensional, agravada por la pandemia de Covid-19, exacerba esta situación, advirtió el diplomático.
El embajador de Cuba afirmó que en el país caribeño, la Revolución del 1 de enero de 1959 trajo un proceso de transformaciones que destruyó desde la base un sistema racista y discriminatorio, sufrido durante siglos por la población negra y mestiza.
Gracias a esos cambios radicales, la apología del odio, la xenofobia, la intolerancia y las ideas supremacistas sobre bases de origen nacional, religioso o étnico, son en la actualidad ajenas a la vida política y social de la nación antillana, destacó.
En ese sentido, señaló que la Constitución de la República, aprobada en un referendo popular en 2019, ratifica y fortalece el reconocimiento y la protección del derecho a la igualdad, así como prohíbe la discriminación.
Además, en la isla estamos comprometidos a continuar combatiendo algunos prejuicios y estereotipos raciales que persisten en nuestra sociedad, dijo.
De acuerdo con Quintanilla, resulta repudiable que pese a su trayectoria en este ámbito, Cuba siga siendo blanco de campañas mediáticas, manipulaciones y mentiras con una alegada discriminación racial como punta de lanza.
Esta cruzada se articula con acciones de desestabilización e injerencia, y con la política de bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene y recrudece el gobierno de Estados Unidos, expuso aquí.
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