Estos subieron entre marzo y octubre de 2020 un nueve mil por ciento, comprobaron los autores, cuya investigación comparó datos públicos de la basura en España, Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos, Suecia, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
En los resultados, divulgados por la revista Nature Sustainability, el equipo, perteneciente a la universidad de Portsmouth, en Reino Unido, señaló como una variable clave en estos meses la obligatoriedad de las mascarillas, lo cual condujo a su proliferación.
Hay una clara necesidad de garantizar que la exigencia del uso de estos artículos vaya acompañada de campañas de educación para limitar su liberación en el medio ambiente, advirtió el investigador principal, doctor Keiron Roberts.
En abril de 2020, empezaban a aparecer pequeños aspectos positivos en la disminución de la actividad humana provocada por el confinamiento, con mejoras en la calidad del aire y del agua, explicó el profesor de Sostenibilidad.
Agregó que esa baja conllevó también a los informes acerca de animales que volvían a los pueblos y ciudades, pero al propio tiempo surgieron elementos sobre la aparición de mascarillas y guantes en playas y calles, donde antes no estaban.
Roberts definió dos mensajes del estudio: en primer lugar, la pandemia fue un factor importante en la aparición de la basura de máscarilla y, en segundo lugar, las políticas gubernamentales y la legislación pueden tener un gran impacto en la composición de la basura.
Las nuevas políticas deben contar con un asesoramiento bien estructurado y, sobre todo, con infraestructuras que ayuden a eliminar los residuos, reclamó.
“A pesar de que a millones de personas se les dijo que usaran mascarillas, se les dio poca orientación sobre cómo deshacerse de ellas o reciclarlas de forma segura”, subrayó, por su parte, el director de Revolution Plastics en la universidad de Portsmouth, Steve Fletcher.
Sin unas mejores prácticas de eliminación, se avecina un desastre ecológico, aseveró el igualmente catedrático, quien enfatizó que la mayoría se fabrica con materiales plásticos de larga duración, y si se desechan pueden persistir durante décadas o cientos de años.
rgh/znc