Esta variedad conocida también como alacrán colorado o escorpión azul es una familia endémica de las 36 clasificadas en esta nación, cuyo veneno reúne propiedades analgésicas, antiinflamatorias y antitumoral.
En la unidad espirituana se emplea el método de ordeño para extraer las toxinas a unos 500 alacranes diariamente, dosis que son enviadas al Grupo Empresarial de Producciones Biofarmacéuticas y Químicas de La Habana. Según conoció Prensa Latina, esta producción es destinada a la elaboración de Vidatox 30 CH, medicamento homeopático alternativo contra el cáncer y otras afecciones.
Para la reposición de los ejemplares en cautiverio se mantiene su captura en dos zonas, en Jíquima de Peláez y Fomento, aun cuando el Rhopalurus junceus tiene presencia en otros municipios de la provincia.
A esta especie se le dan dos dominaciones: la de azul por tener su cola y aguijón de esta coloración y la de alacrán colorado por su cuerpo rojizo-oscuro. Las modernizaciones en el alacranario de Cabaiguán incluyen una nave de crianza y áreas estériles de cuarentena, extracción y almacenamiento que contarán con climatización, baja iluminación y breve circulación de aire, con lo cual se multiplicará la capacidad de las crías y el control de las muestras.
De acuerdo con los expertos, los escorpionarios se amplían en todo el país para disponer de mayores cantidades de este producto natural y avanzar en los estudios científicos acerca de las propiedades curativas del veneno.
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