Para el alto funcionario, la tercera consulta sobre la independencia del territorio situado en el océano Pacífico, uno de los 17 analizados por el Comité de Descolonización de la ONU, tiene un valor jurídico “pleno y entero”, mientras los promotores de la autodeterminación consideran que incumplió el espíritu del acuerdo de Numea.
La víspera, el 96 por ciento de los que votaron en el referendo optó por el No a la independencia de Nueva Caledonia, única presencia de la Unión Europea en el Pacífico, pero la participación no llegó al 44 por ciento de los convocados.
Los independentistas demandaron un aplazamiento del referendo por el severo impacto de la Covid-19, pandemia que consideraron un obstáculo para la realización de una campaña equilibrada, y ante la negativa de París descartaron la asistencia a las urnas y el reconocimiento a los resultados, así como adelantaron que acudirán a las Naciones Unidas para impugnarlos. Lecornu insistió en declaraciones a la cadena France Inter en que participar en el escrutinio no era obligatorio y precisó que el acuerdo de Numea no menciona quórum.
Por tanto, poco importa la tasa de asistencia, y los efectos del referendo son los mismos que los de los dos primeros, dijo en alusión a los realizados en noviembre de 2018 y octubre de 2020, en los cuales el No a la independencia de Nueva Caledonia se impuso con el 56,7 y el 53,3 por ciento, respectivamente.
La víspera, el presidente Emmanuel Macron celebró el resultado, al señalar en un mensaje que Francia era más bella con la decisión de la consulta de seguir en la República, aunque reconoció la división imperante en cuanto al tema.
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