Su epicentro se localizó al norte de la isla de Flores y si no causó más daños fue porque ocurrió alejado de tierra y a una profundidad de 18,5 kilómetros bajo el lecho submarino. Le siguieron una veintena de réplicas, la mayor de 5,6 grados.
Imágenes transmitidas por la televisión local y las redes sociales mostraron a cientos de personas saliendo despavoridas de sus casas, pero hasta ahora solo se reporta una persona herida en Manggarai, en las islas menores de la Sonda orientales, y una escuela dañada en la de Selayar.
Cada año Indonesia reporta unos siete mil sismos de diversa intensidad, los mayores de los cuales generan tsunamis de proporciones equivalentes.
Compuesto por más de 10 mil islas y sobre el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, el archipiélago indonesio se formó por la convergencia de tres grandes placas tectónicas, lo que determina una fuerte actividad telúrica.
En diciembre de 2004, un terremoto de magnitud 9,1 en el norte de la isla de Sumatra provocó un tsunami que arrasó las zonas costeras de Indonesia, Sri Lanka, India, Tailandia y otros nueve países, y provocó la muerte de más de 230 mil personas.
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