La víspera el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell (republicano), que culpa directamente a Trump de los hechos, dijo a los periodistas que está pendiente del trabajo de la comisión y está intrigado por lo que pueda dejar al descubierto. «Será interesante revelar todos los participantes que estuvieron involucrados», dijo.
Para darle más suspenso a la investigación, este martes la Cámara de Representantes votó a favor de retener al exjefe de personal de la Casa Blanca Mark Meadows, en desacato penal por no cumplir con una citación y no proporcionar cierta información al comité selecto que investiga el asalto.
El foro legislativo se pronunció en línea partidista 222-208 votos, aunque los representantes Liz Cheney (republicana de Wyoming) y Adam Kinzinger (republicano de Illinois), miembros del panel, rompieron las filas del partido. Ambos son críticos acérrimos del expresidente.
Este martes el comité que investiga los hechos divulgó mensajes de texto de aliados que rogaban a Meadows el 6 de enero que tratara de persuadir a Trump para que detuviera a los alborotadores.
«El presidente necesita detener esto lo antes posible», escribió un legislador republicano no identificado a Meadows, citado por el diario The Hill.
Según declaraciones del exfuncionario a Daily Beast el presidente si actuó para frenar lo que promocionó con su mensaje no probado de que le robaron las elecciones, que hubo fraude y otras alegaciones para justificar su derrota en las urnas.
El columnista Niall Stanage, en el espacio Memo, que publica The Hill, señaló que los mensajes revelados contribuyen a dar la razón a los defensores de la comisión, que creen que cuanta más información salga a la luz sobre el peor ataque al Capitolio en más de dos siglos, mejor.
Es posible que las últimas revelaciones de la investigación de la Cámara de Representantes sobre los sucesos no cambien las mentes ni muevan las encuestas en una nación polarizada, pero esa no es la cuestión, al menos según los demócratas y los expertos académicos, puntualizó Stanage.
«Es absolutamente crítico averiguar la información sobre lo que pasó, quién participó y quién sabía qué cuando», dijo a Memo, Jennifer McCoy, profesora de ciencias políticas en la Universidad Estatal de Georgia y experta en polarización y resiliencia democrática.
«Creo que, independientemente del impacto que pueda tener en futuras elecciones y en la opinión pública, el Congreso tiene la responsabilidad de investigar y hacer rendir cuentas a quien pueda ser responsable», subrayó.
La intriga pudiera despejarse pues el jueves último los magistrados de la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Distrito de Columbia dictaminaron que el comité selecto de la Cámara de Representantes puede acceder a los registros de la Casa Blanca sobre las comunicaciones y movimientos Trump relacionados con el ataque.
Desde esa fecha, el exgobernante tenía 14 días para pedirle a la Corte Suprema que revisara la decisión antes de que los legisladores tengan acceso a la información de los registros telefónicos, borradores de discursos y otros documentos relacionados con el 6 de enero cuando sus seguidores asaltaron el Capitolio.
El caso seguirá destapando las pasiones de seguidores y contrarios de Trump, mientras crece el interés por saber qué hizo a favor o en contra el asalto.
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