El contenido de la comparecencia en las cadenas TF1 y LCI parece de momento irrelevante, ante las protestas suscitadas por el programa de alrededor de dos horas, en el cual el Presidente ofrecerá un balance de sus cinco años de gestión, a cuatro meses de una cita en las urnas para la que es favorito, aún sin oficializar sus aspiraciones.
Entre las reacciones más airadas estuvo la de Valérie Pécresse, la candidata conservadora con un meteórico repunte en las encuestas, al punto de aparecer en las más recientes como la rival de Macron en un eventual balotaje, de pronóstico reservado.
La presidenta de la Región Parisina tenía este miércoles una entrevista con el canal BFM-TV a la misma hora local, al filo de las 21:00, hora local, cancelada a raíz de la noticia de la intervención del líder francés.
“No podemos tener un presidente candidato que se abre las cadenas de televisión a su antojo para realizar durante horas campaña, mientras sus adversarios deben contentarse con cinco minutos para responderle. Esta no es mi concepción de la democracia”, advirtió en una queja.
Pécresse acudió a la autoridad pública encargada de regular el ámbito audiovisual, CSA por sus siglas, con el propósito de que se restablezca la paridad.
Fuentes del entorno de la candidata de la derecha tradicional, electa el día 4 en un congreso del partido Los Republicanos (LR), reclamaron en las redes sociales que el tiempo utilizado esta noche por Macron le sea descontado de su espacio de campaña por la CSA.
Por su parte, otra fuente atribuyó la comparecencia del mandatario a “su obsesión” ante el avance de Pécresse.
Para analistas, la exministra de 54 años se convirtió desde su nominación por LR en una aspirante de fuerza al Palacio del Elíseo, capaz incluso de superar en la segunda ronda a Macron, sufragio previsto también en abril.
En ese sentido, recuerdan que el jefe de Estado luciría mucho más cómodo ante una reedición del balotaje de 2017 contra la representante de la extrema derecha Marine Le Pen, por la posibilidad real de que surja nuevamente un “frente republicano” para impedir la llegada al poder de la ultraderechista.
Desde la izquierda, la campaña del líder de La Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, denunció en un comunicado que “esta noche el Presidente de la República contará con un formato totalmente inédito para dirigirse a los franceses”.
Vemos un nuevo nivel sobre el límite de la utilización de la condición presidencial con fines electorales, subrayó.
LFI recordó que el mes pasado había recurrido a la CSA tras un discurso televisado de Macron y agradeció que la cadena TF1 respondiera a los reclamos con la oportunidad de que los otros candidatos puedan reaccionar.
Sin embargo, descartó que Mélenchon o alguno de sus representantes acuda a ese espacio a responder, esgrimiendo que no aceptan el “simple papel de comentaristas de las palabras de un monarca presidencial”.
En las últimas semanas, las giras por este país del mandatario y sus intervenciones son percibidas por un sector de la política francesa como actos de campaña, pero el Gobierno asegura que Macron hace su trabajo, en una polémica que tal vez escale de cara a los comicios.
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