Desde hace varias jornadas, más de la mitad de las camas para atender a pacientes graves están ocupadas en el país, por el rebrote de una pandemia que promedia más de 50 mil casos diarios, en un escenario preocupante, ya que aún la temida variante Ómicron del coronavirus SARS-CoV-2 no es mayoritaria.
Hace una semana, los hospitalizados eran 14 mil 50 franceses y los enfermos graves en cuidados intensivos dos mil 498, lo cual demuestra el desafío.
El gobierno apuesta por impulsar la vacunación contra la Covid-19, en una nación que está entre las primeras de Europa, con el 76 por ciento de su población protegida, pero en la cual más de cinco millones de ciudadanos ha descartado inmunizarse.
La víspera, el ministro de Salud Olivier Véran anunció la intención de comenzar a proteger a los niños de entre cinco a 11 años a partir del miércoles.
Por su parte, el primer ministro Jean Castex informó el viernes que el pase sanitario pasará en enero a ser un pase de vacunación, lo cual se traduce en que para contar con ese documento indispensable para acceder a muchos lugares, las personas tendrán que vacunarse, y no valdrán como en la actualidad las pruebas negativas de PCR o de test antígeno.
mem/wmr