Fue la antesala de las transformaciones por las cuales el archipiélago cubano se pobló de escuelas, institutos, politécnicos, centros para la educación especial, deportiva, pedagógica, universidades.
Corría el tercer y difícil año de la Revolución Cubana, en el que sería proclamado su carácter socialista y derrotada la invasión mercenaria por Playa Girón.
Un censo realizado en 1960 dio cuenta de una dura realidad. Buena parte de la población cubana era analfabeta. Fidel Castro prometía entonces que en un año sería erradicado ese flagelo.
El líder de la Revolución auguraba «una batalla verdaderamente épica, en que debe participar todo el pueblo».
Y detallaba: Hay que comenzar a organizar ese ejército y vamos a organizar 100 mil jóvenes alfabetizadores que por lo menos tengan de sexto grado en adelante, y por lo menos 13 años de edad.
El 1 de enero de 1961 comenzó oficialmente la gesta alfabetizadora en medio de la primera movilización popular en defensa del proceso revolucionario, mientras Estados Unidos preparaba la invasión y sembraba de bandas criminales y armadas las zonas montañosas.
El 23 de enero, durante la graduación del segundo contingente de maestros voluntarios, Fidel Castro informa del asesinato del joven maestro Conrado Benítez, la primera de otras víctimas entre alfabetizadores y campesinos.
Aquellos crímenes no desanimaron la participación masiva y en muchos casos de adolescentes que nunca se habían separado de sus hogares y familias.
La poderosa fuerza pedagoga y voluntaria estuvo constituida por 121 mil Alfabetizadores Populares; 100 mil brigadistas Conrado Benítez; 15 mil brigadistas Patria o Muerte; y 35 mil maestros voluntarios.
La cifra de educadores superó los 300 mil con la suma de cuadros dirigentes y trabajadores administrativos.
El 20 de diciembre se dio oficialmente por terminada la campaña. Miles de alfabetizadores concurrieron a la capital cubana y fueron alojados en casas de familia. Dos días después fue izada la bandera que consideró a Cuba Territorio Libre de Analfabetismo.
Habían aprendido a leer 707 mil cubanos. La tasa de iletrados quedó reducida a 3,9 por ciento de la población total declarados inalfabetizables por diversas causas, incluidos unos 25 mil residentes haitianos que no dominaban el idioma español.
De esta manera y en tiempo récord Cuba se ubicó entre los países con más bajo índice de analfabetismo en el mundo.
Aquel 22 de diciembre de 1961, en la que hoy se conoce como Plaza de la Revolución de esta capital, colmada de alfabetizadores y pueblo, Fidel Castro proclamó: !Eso es Socialismo!
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