Aunque la Cámara de Representantes consiguió aprobar el proyecto de inversiones sociales y ambientales promovido por la Casa Blanca como parte de su programa Build Back Better (Reconstruir Mejor), la normativa no gozó igual suerte en el Senado, pues uno de los integrantes de la fuerza del gobernante, Joe Manchin, se niega a respaldarla.
La decisión del legislador representa un duro revés para Biden. Como la Cámara Alta está dividida en 50 asientos para cada una de las dos principales formaciones políticas del país, cualquier demócrata que se pronuncie en contra del plan podría llevarlo al fracaso si los republicanos cierran filas y lo rechazan también de forma unánime, como han hecho hasta el momento.
He intentado todo lo humanamente posible para llegar a un compromiso, pero no puedo votar por esa ley en medio de la inflación persistente, la deuda y la creciente amenaza de la variante ómicron del coronavirus SARS-CoV-2, reiteró esta semana Manchin para explicar su postura.
Según expertos, la negativa del senador será desastrosa para la popularidad del presidente norteamericano, quien en las encuestas sufre los porcientos más bajos de aprobación desde su llegada al poder el 20 de enero último.
Durante la carrera por la presidencia de Estados Unidos en 2020, Biden prometió a los ciudadanos crear políticas que frenaran el cambio climático, disminuyeran los costos de salud y garantizaran las necesidades de atención a la infancia.
El “fuego amigo” que afronta la administración demócrata obliga al gobernante a reescribir su programa político y económico insignia de 1,75 billones de dólares en un año electoral crucial, y significa que los demócratas podrían reducir su enfoque a solo unas pocas prioridades.
Para el también senador Bernie Sanders, la posición de su colega refleja que carece de “agallas” para enfrentarse a poderosos intereses de las compañías farmacéuticas en cuanto a reducir los precios de los medicamentos.
A poco más de 10 meses de las elecciones de mitad de mandato que decidirán el control del Congreso, el presidente y los principales legisladores de la fuerza política que se identifica con el color azul deberán reagruparse en torno a una única prioridad: el consenso.
Charles Schumer, líder de la mayoría demócrata en la Cámara Alta, afirmó que votarán en los primeros días de 2022 sobre la medida de Biden «para que cada miembro de este cuerpo tenga la oportunidad de dar a conocer su posición en el pleno del Senado».
Tal votación sería simbólica, a menos que lleguen a un acuerdo con Manchin sobre una versión más pequeña del proyecto.
Biden esperaba en un principio que la iniciativa se aprobara antes de Navidad, pero a estas alturas parece que nada le salvará del naufragio.
(Tomado de Orbe)