El arzobispo de Ciudad del Cabo, Thabo Makgoba, dirigirá la ceremonia fúnebre.
Tutu murió por causas naturales este domingo, a los 90 años.
Según la Fundación, antes de la inhumación las campanas de la Catedral de San Jorge en el distrito financiero de Ciudad del Cabo repicarán durante 10 minutos al mediodía de lunes a viernes.
Asimismo, entre otras actividades, el Consejo Sudafricano de Iglesias (SACC) celebrará un servicio conmemorativo en Pretoria el miércoles.
La víspera, el presidente Cyril Ramaphosa resaltó que el fallecimiento de Tutu, Premio Nobel de la Paz, es “otro capítulo de duelo en la despedida de nuestra nación a una generación de sudafricanos destacados que nos han legado una Sudáfrica liberada”
Desmond Tutu, dijo, fue un patriota sin igual; un líder de principios y pragmatismo, un hombre de extraordinario intelecto, integridad e invencibilidad contra las fuerzas del apartheid.
Al mismo tiempo, añadió, también era tierno y vulnerable en su compasión por aquellos que habían sufrido opresión, injusticia y violencia bajo el apartheid, y personas oprimidas en todo el mundo.
Como presidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, resaltó Ramaphosa, Tutu expresó la indignación universal por los estragos del apartheid y demostró de manera conmovedora la profundidad del significado del Ubuntu: la reconciliación y el perdón.
Por su parte, El Congreso Nacional Africano (ANC) afirmó en un comunicado que “el gran baobab ha caído. Sudáfrica y el movimiento democrático de masas han perdido una torre de conciencia moral y un epítome de sabiduría”, resaltó el ANC.
El Arzobispo, recordó ese partido de gobierno, no solo fue un ser humano extraordinario, sino que también sirvió como recordatorio del papel que él y muchos otros líderes religiosos desempeñaron para poner de rodillas al apartheid y restaurar la dignidad de todos los sudafricanos.
Su servicio desinteresado a su iglesia y país cuenta el desempeño de un hombre que ha grabado su nombre en los libros de historia, agregó el ANC en un comunicado de pesar por el deceso del Premio Nobel de la Paz.
Tras su deceso, numerosos gobiernos, líderes y organizaciones internacionales han expresado su pesar y trasmitido sus condolencias al pueblo y gobierno sudafricanos, exaltando los valores del Arzobispo como paradigma de las luchas contra la opresión.
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