Desde que se conoció la noticia la víspera, a partir de la respuesta del Ministerio de Finanzas a la parlamentaria de izquierda Sevim Dagdelen, los medios reflejaron también los cuestionamientos de lo que algunos consideran como un doble rasero.
Sucede que una parte de las aprobaciones ocurrió en los días previos a la toma de posesión como canciller federal de Olaf Scholz, quien como ministro de Finanzas de Angela Merkel formó parte de la decisión.
Además de lo inusual de que un gobierno en funciones tome este tipo de disposiciones, se cuestiona a Scholz, quien supuestamente pretende reformar los mecanismos de control de las exportaciones de armamento para “frenar las ventas a terceros países que no sean democráticos y que no respeten los derechos humanos”.
Sin embargo, entre las naciones que recibieron los envíos alemanes se encuentran varias involucradas en el conflicto en Yemen.
La diputada Dagdelen, en su cuenta de Twitter acusó al actual Canciller Federal de ignorar las críticas contra la exportación de armas «a dictaduras»; en tanto la Conferencia Conjunta Iglesia y Desarrollo (GKKE, por sus siglas en alemán) también manifestó su descontento.
Anteriormente el presidente de la GKKE, Martin Dutzmann, cuestionó la política de aprobación de exportación de armamento y dijo que, a pesar de las intenciones manifiestas, en la práctica no había cambios, se actuaba de manera “generosa, sin restricciones legales y tampoco se restringe fáctica o políticamente».
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