Esos hechos empañaron la reputación de un país que dice promover durante mucho tiempo los esfuerzos por la democracia en el exterior, señaló el diario.
«Las democracias del resto del mundo en América Latina, Asia y Europa, reconocieron el 6 de enero como lo que es. Fue un intento de golpe de estado. Fue un esfuerzo de un presidente por robar una elección», dijo Steven Levitsky, experto en democratización y autoritarismo de la Universidad de Harvard.
Los acontecimientos que condujeron al 6 de enero fueron seguidos de cerca por el mundo y observados en tiempo real, reseña la publicación.
Un diplomático europeo, que habló desde el anonimato para ser sincero, dijo que los disturbios pusieron en evidencia la amenaza que pesa sobre las democracias y plantearon dudas sobre la fortaleza de Estados Unidos para poder superar esos desafíos, apuntó el diario.
Opinó que “hay un gran problema en la democracia estadounidense», mientras las encuestas reflejan una disminución de la estima hacia el país y su orientación a los principios democráticos.
Una pesquisa del Centro Pew entre encuestados internacionales de 16 sociedades democráticas, publicada en noviembre, descubrió que solo el 17 por ciento dijo que la democracia estadounidense es un buen ejemplo a seguir, mientras que el 57 por ciento piensa que solía ser un buen ejemplo pero que no lo es en los últimos años.
Según Ash Jain, director para el orden democrático del Centro Scowcroft para la Estrategia y la Seguridad del Consejo Atlántico, lo más importante es si la nación podrá conservar la capacidad de liderar el llamado mundo libre.
«La democracia estadounidense está plagada de problemas y el «momento Kabul», con la precipitada retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, puso aún más de manifiesto el grave daño que supone imponer la democracia estadounidense a otros», dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, citado por The Hill.
Según algunos expertos, Washington perdió credibilidad al impulsar iniciativas de democracia y anticorrupción en todo el mundo, politica diseñada a la medida de sus intereses.
«Creo que, en primer lugar, nuestros enemigos señalan nuestra hipocresía, y nuestra insistencia en la celebración de elecciones libres y justas en el extranjero se ha vuelto contra nosotros», dijo Bruce Hoffman, experto en terrorismo del Consejo de Relaciones Exteriores.
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