Después de registrarse más de 220 mil casos positivos de coronavirus SARS CoV-2, causante de la Covid-19, el pasado jueves y 108 mil la víspera, incluidos 90 futbolistas, el primer ministro Mario Draghi abordó ayer el tema con la Federación de Fútbol Italiano (FIGC).
El jefe de Gobierno manifestó su preocupación al presidente de la FIGC, Gabriele Gravina, sobre la propagación del virus entre los jugadores y le manifestó el propósito de aplicar medidas para reducir los contagios, señaló la televisión capitalina.
Para el próximo miércoles, está prevista una cumbre entre el gabinete y la federación futbolística, donde se concretarán las posibles limitaciones epidemiológicas para enfrentar el avance, sobre todo, de la variante Ómicron del SARS CoV-2.
Hasta ahora, se permite un aforo en los estadios del 50 por ciento, pero es probable que si continúa la detección masiva de infectados se pueda llegar a un cierre total de esas instalaciones para el público, adelantaron aquí medios de difusión.
El Calcio italiano se encuentra en su vigésima jornada de 38 previstas hasta el venidero 22 de mayo. Con el fin de flexibilizar la posibilidad de realizar partidos ante el aumento de contagios, se permiten a los clubes jugar con un mínimo de 13 miembros disponibles de sus equipos.
A partir de esta jornada, el gobierno italiano puso en práctica su disposición de exigir a personas mayores de 50 años la vacunación con al menos una sola dosis, antes del 1 de febrero de este año, y en caso de incumplimiento, ello puede conllevar una multa de 100 euros.
Desde el 15 de febrero próximo, se exigirá un pase verde o certificado de vacunación a los ciudadanos de más de 50 años para asistir a sus centros de trabajo, destaca el diario Corriere della Sera.
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