El tanque pensante independiente Instituto Montaigne recordó que, desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, a finales de 2009, disminuyó de manera notable el papel del Estado que preside el Consilium, que no es lo mismo que encabezar el bloque, ahora con 27 miembros tras el abandono de Reino Unido.
“La responsabilidad decreció, y si antes presidía las reuniones de los países miembros a todos los niveles, ya no es así”, subrayó.
Por tanto, el presidente del Consejo, el exprimer ministro belga Charles Michel, seguirá liderando los encuentros de ese órgano, y no el mandatario francés, Emmanuel Macron; mientras que el ministro de Finanzas de Irlanda, Paschal Donohoe, continuará al frente del Eurogrupo, y no el titular galo de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, como podría pensarse.
París sí encabezará, a través de los jefes de cartera, las sesiones del Consejo de Ministros de la UE en los 10 aspectos principales, que van desde el comercio y la salud, hasta la agricultura y la pesca, y podrá influir en el orden del día y la presentación de las resoluciones para el voto.
Esto implica el enorme reto de organizar cientos de reuniones y, además, según expertos, adoptar una postura de mediación e incluso neutralidad, pero con un ambiente “contaminado” por la crisis sanitaria de la Covid-19 y las elecciones presidenciales francesas, previstas en abril.
De cara a esos comicios, Macron no ha oficializado aún su candidatura, aunque nadie duda de que buscará otros cinco años en el Elíseo.
La visión europeísta es uno de los puntos defendidos por el gobernante, y en ese sentido, consideró a la UE el único camino para que Francia sea más fuerte ante «los fracasos del mundo y las grandes potencias», pese a que sus ciudadanos no siempre se identifican con el concepto de integración europea.
Una encuesta de Europa Nova, el Instituto Francés de Opinión Pública y Le Journal du Dimanche, también publicada en el Corriere della Sera y Frankfurter Allgemeine Zeitung, mostró que solo un 29 por ciento de los franceses apoya una soberanía europea en el contexto de mayor integración, criterio defendido por un 50 por ciento de los italianos y un 43 entre los alemanes.
Al margen de la responsabilidad y del eventual peso en las decisiones, París espera mucho de su presidencia en el Consejo, ente co-legislador junto al Parlamento Europeo, con prioridades como una reforma del espacio Schengen dirigida a salvaguardar las fronteras.
(Tomado de Orbe)