Para la unión de asociaciones de agricultores directos más importante de Italia y de Europa con casi dos millones de afiliados, las elevadas facturas además de reducir el poder adquisitivo de los ciudadanos y las familias, aumentan los costes de las empresas, en particular para la agroalimentación con la llegada del invierno.
En un artículo desde su página coldiretti.it, la organización detalló que, para las operaciones de cultivo, los agricultores se han visto obligados a enfrentar aumentos de hasta un 50 por ciento en el precio del combustible diésel necesario en diversas labores como la siembra y la fertilización.
Además, precisó, el aumento del precio del gas, utilizado en la producción de fertilizantes, catapultó también los costos de ese producto, y ejemplificó cómo la urea pasó de 350 euros a 850 euros la tonelada, es decir un alza del 143 por ciento.
Otro tanto ocurrió con el fosfato de amonio, que pasó de 350 a 700 euros la tonelada, mientras los productos de extracción como el superfosfato mineral registraron un 65 por ciento de incremento, en tanto los fertilizantes a base de nitrógeno, fósforo y potasio, tampoco están exentos de las subidas.
Por igual trace está la alimentación del ganado, la calefacción de invernaderos para flores y hortalizas, así como los costos de secado de forrajes, maquinaria agrícola y repuestos, por lo que incluso se están produciendo preocupantes retrasos en las entregas.
Coldiretti alertó que tales aumentos de las facturaciones en toda la cadena de producción recaerán con igual fuerza sobre los costos de producción en los envases, plásticos, de acero, vidrio e incluso hasta la madera para los pallets, el transporte y el papel para las etiquetas de los productos.
La confederación, señaló que “ante una emergencia sin precedentes” urge establecer acuerdos entre agricultura, industria y distribución para asegurar un reparto más equitativo del valor para salvar fincas y establos.
Estimaciones de Nomisma Energia, empresa de investigación independiente en los campos de la energía y el medio ambiente, sin la intervención del gobierno, debe esperarse de enero a marzo un alza del 61 por ciento para el gas y del 45 por ciento para la electricidad, que como promedio serían mil 200 euros de gasto anual por familia.
En tanto, Codacons, coordinadora de asociaciones para la defensa del medio ambiente y los derechos de los usuarios y consumidores, las subidas de las facturas de la luz y el gas mantendrán la inflación en torno al tres por ciento a lo largo de 2022, con derivaciones de gastos para los italianos equivalente a una media de mil 197 euros anuales por familia.
A juicio de ese ente ella es una situación especialmente peligrosa porque, ante la oleada de subidas de precios que se avecina, las familias reaccionarán contrayendo el consumo, con un perjuicio inmenso para la economía nacional.
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