Las imágenes de cientos de afganos intentando en estampida abandonar el país desde el aeropuerto de Kabul dieron la vuelta al mundo, además de que la salida de la mayoría de los inversionistas extranjeros prácticamente paralizó la producción nacional.
De esta forma, Afganistán inició el 2022 con un futuro incierto y varios desafíos para el emirato islámico (gobierno talibán); uno de ellos hasta ahora sin mucho eco en los grandes medios, pero con impacto directo en la estabilidad de la región: las tensiones en la línea Durand.
Se trata de la frontera de facto entre Afganistán y Paquistán, donde la situación se ha tornado más hostil en las últimas semanas tras la aparición en redes sociales de videos que supuestamente muestran a combatientes talibanes desviando una parte de la cerca a lo largo de la demarcación, al alegar que se erigió dentro del territorio afgano.
HISTORIA DEL LÍMITE FRONTERIZO
En 1893, el funcionario colonial británico Mortimer Durand trazó una línea de dos mil 640 kilómetros para definir el extremo occidental de la India, bajo el control de Reino Unido. Ese límite atravesaba áreas tribales de pastunes que los afganos consideraban parte de su territorio.
Pero en 1947, la parte noroccidental de la región se convirtió en el nuevo estado de Paquistán y la denominada línea Durand es desde entonces el borde de los territorios de ambos países. El Ejército de Islamabad construye desde hace cinco años una cerca en esa zona. Los trabajos tomaron un nuevo impulso tras la salida de las tropas estadounidenses y posterior entrada de los talibanes en Kabul, y actualmente está terminada en un 94 por ciento.
Pero la estructura metálica enfrenta una fuerte reacción de la población afgana y un video que muestra su destrucción es ampliamente celebrado por los usuarios afganos de las redes sociales.
Tal hecho provocó la reacción de las fuerzas castrenses paquistaníes, que aumentaron el número de efectivos en varios puntos a lo largo de la frontera (principalmente en los accesos a las provincias afganas de Nangahar, Nimroz y Kandahar).
DAÑOS EVENTUALES DERIVADOS
Islamabad afirmó que era un problema en una sola zona, pero la situación se extiende peligrosamente. Hay una necesidad de diálogo, señaló al respecto el experto paquistaní Tahir Khan.
Y, en efecto, se divulgó que el asesor de seguridad nacional de Paquistán, Moeed Yusuf, planea viajar a Afganistán próximamente, debido al aumento de tensiones en la frontera común.
Está previsto que una delegación de alto rango de funcionarios paquistaníes, encabezada por la Agencia de Seguridad Nacional, visite Kabul pronto para reafirmar el compromiso con el gobierno de ese país sobre todas las perspectivas, divulgó un comunicado oficial.
Según el documento, la decisión fue tomada en una reunión de la Célula de Coordinación Interministerial de Afganistán, presidida por el presidente de la Asamblea Nacional de paquistaní, Asad Qaiser.
BÚSQUEDA DE CONCILIACIÓN
La Línea Durand ha sido un tema controvertido entre Kabul e Islamabad durante mucho tiempo. Aun así, ambos gobiernos hacen lo posible por minimizar la crisis.
El portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de Afganistán, Abdul Qahar Balkhi, y el titular de Relaciones Exteriores de Paquistán, Mahmood Qureshi, expresaron el compromiso de ambas partes para discutir el tema.
Ha habido algunas complicaciones, pero Afganistán es nuestro país hermano y amigo. Algunos sectores quieren plantear innecesariamente este tema, y eso no es del interés de Paquistán. Esta disputa se está manejando a través de canales diplomáticos, declaró Qureshi en conferencia de prensa.
Por su parte, Kabul considera que las tensiones recientes son mínimas y locales, y indicó que el Emirato Islámico no quiere complicar las relaciones con los países vecinos por cuestiones tan pequeñas.
Sin embargo, el 6 de enero, el Director General paquistaní de Relaciones Públicas de Inter-servicios, Babar Iftikhar, declaró que el cercado de la Línea Durand continuaría según lo planeado.
Analistas políticos advierten que Islamabad trata de intensificar el conflicto para aprovechar la oportunidad de que se reconozca de manera oficial la Línea Durand, en un momento en que Afganistán se encuentra en crisis económica y bajo sanciones internacionales.
Las heridas del colonialismo tardan mucho tiempo en sanar, y 20 años de intervención militar en la historia reciente afgana no ayudaron al proceso. Queda ahora por parte de ambos estados intentar resolver sus diferencias.
La interrogante es si lo harán en la mesa de diálogo, o acumulando bajas de ambos bandos a lo largo del controversial lindero.
rmh/to/nvo
*Periodista de la Redacción Internacional