La mayoría de esos hechos ocurren durante el día; sin embargo, comprobamos una clara correlación entre ellos y las fases de la luna, declaró en un comunicado uno de los implicados en el proyecto Steve Midway.
Ese satélite natural puede ejercer otras fuerzas sobre la Tierra y sus océanos de formas mucho más sutiles, por ejemplo, la gravedad que afecta las mareas, explicó el doctor en Biología Marina.
No es una cuestión de más luz en la noche para que los tiburones la vean, aclaró el profesor asociado, quien incorporó una perspectiva única al combinar su experiencia en ecología pesquera y análisis estadísticos en la facultad de la Costa y el Medio Ambiente de la alta casa de estudios.
Todavía es demasiado pronto para considerar la iluminación lunar como un factor causante de los ataques de tiburones, señalaron los autores, mientras argumentaron que la evaluación sirve para comprender mejor el fenómeno.
«La abundancia de datos sugiere la existencia de algo que vale la pena seguir analizando», enfatizó Midway, mientras destacó que los resultados “podrían ser útiles con el objetivo de desarrollar recomendaciones para actividades recreativas acuáticas en el futuro”.
Los científicos consultaron un registro global desde 1960 hasta 2015 del Archivo Internacional de Ataques de Tiburones ubicado en el Museo de Historia Natural de Florida en la universidad de ese estado norteamericano.
Expertos en el tema aseguraron que los animales muestran comportamientos relacionados con las fases lunares, aunque pocos hasta la fecha analizaron las conexiones entre las fases lunares y los ataques de tiburones.
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