En Grecia alrededor de 300 mil mayores de 60 años pagarán una multa ascendente a 50 euros por negarse a recibir los inmunógenos, informó hoy la prensa nacional.
Mientras el 1 de febrero entrará en vigor otra ley según la cual el pasaporte Covid heleno caducará a los siete meses si el portador no se inyectó la dosis de refuerzo.
Ómicron es responsable hoy del 95 por ciento de los casos en esa nación, pero los expertos esperan que para finales de mes la situación mejore pese a la tasa de inmunización del 67 por ciento, inferior al promedio europeo.
Por su parte, Austria fue el primer país de la región en anunciar una vacunación obligatoria para todos los mayores de 18 años, que empezará a aplicarse a partir del mes próximo, con la amenaza de una multa máxima de tres 600 euros por año a los reticentes.
La medida generó protestas multitudinarias y recibió el respaldado de las formaciones con representación parlamentaria a excepción de la ultraderecha.
En la República Checa, el Gobierno decretó la inmunización obligatoria para ciertos empleados públicos, como sanitarios, soldados, asistentes sociales y policías, así como para los mayores de 60 años, que deberán inyectarse antes del 28 de febrero.
Otros países como Francia evadieron esa normativa pero impusieron en su lugar un certificado, necesario para muchas actividades de la vida social y que entrará en vigor desde esta semana.
Para acceder a bares, restaurantes, al cine, o a un espectáculo público, se exigirá completar el ciclo de inmunización (lo que incluye la dosis de refuerzo siete meses después de las dos primeras inyecciones), medida que también aplicará para el uso del transporte público de largo recorrido.
En tanto, Italia, una de las naciones europeas con las medidas más estrictas en materia de vacunación, introdujo la obligación para los mayores de 50 años desde el pasado día 7.
Además se pide la inmunización completa o haber superado la enfermedad para acceder a la mayoría de las actividades de ocio.
gas/ehl