A unos 30 kilómetros de Luanda, el complejo histórico fue erigido en el mismo lugar donde combatientes angoleños e internacionalistas cubanos derrotaron en noviembre de 1975 a las fuerzas adversarias que avanzaban rumbo a la capital, para impedir la victoria del Movimiento Popular de Liberación de Angola y la proclamación de la independencia por su líder, António Agostinho Neto.
El director de la instalación, el coronel Elísio Rodrigues, rememoró aquellos acontecimientos y aseguró que la cooperación “mano a mano con los camaradas cubanos forjó lazos muy fuertes e indivisibles”.
Guiados por el historiador António Dinizi, la comitiva de la Mayor de las Antillas recorrió las distintas áreas del centro, cuya valía como ente cultural está ligada a la preparación profesional de su colectivo.
Allí pudieron admirar desde las hermosas y bien cuidadadas áreas verdes hasta la conservación de los momumentos al aire libre y la calidad de los registros museológicos en las salas de exposición, según constató Prensa Latina.
Integrantes de la embajada, médicos, enfermeros, constructores y otros colaboradores de la Isla participaron en la iniciativa, coordinada por el agregado militar, naval y aéreo, el coronel Enrique Kindelán.
También participó en la jornada de homenaje el presidente de la Asociación de Cadetes y Precadetes de Angola, el mayor reformado Fredy Boavida, por el interés común de mantener y ampliar los nexos de colaboración entre los dos países.
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