Aunque la causa de las protestas fue eliminada (una tasa de 31 dólares para la realización de pruebas que detectan la Covid-19) la fila de vehículos detenidos se extendió por 120 kilómetros y no fue solucionada del todo en la vía Webuye-Malaba, la primera en la frontera keniana y la segunda en la parte ugandesa.
El paro se realizó desde finales del año pasado hasta la primera decena de enero, pero la congestión se mantiene.
Joshua Nyasimi, el comandante de la Unidad de Patrulla de Tránsito del Corredor Norte, precisó que sus agentes verifican además la seguridad de los transportistas y de sus mercancías en la carretera, de gran importancia para el comercio en África oriental.
La acción de los choferes trajo preocupaciones para el resto de los Estados miembros de la Comunidad de África Oriental (CAO), que dependen de la ruta de tránsito del Corredor Norte para sus importaciones y exportaciones.
Creada en 2000, la CAO es una suerte de unión aduanera que integran además de Kenya y Uganda, Tanzania, Burundi, Ruanda y Sudán del Sur.
Uganda dispuso el 20 de diciembre del año pasado la realización de exámenes a todos los viajeros (incluidos conductores) para descartar la enfermedad, que vive un rebrote en casi todo el mundo a consecuencia de la alta transmisibilidad de la variante Ómicron del SARS-CoV-2.
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