“Los tentáculos del uribismo (Álvaro Uribe, expresidente), el fallido narco-estado colombiano, las indecisiones de Iván Duque (presidente), la estructura paralela de los grupos paramilitares. Tienen un rasgo esencial. No cesan de asesinar al pueblo de nuestra hermana República de Colombia”, indica el PVP.
En una denuncia a la opinión pública nacional e internacional, los comunistas ticos señalan que “en los últimos días el asesinato de Mario, profesor de agricultura que adhería la filosofía rastafari; la prestigiosa médica Luz Arteaga, que combinó su noble profesión con su papel de lideresa social, y de Breiner Cucuña, niño indígena Nasa, defensor de la tierra.
“Sí, los tres comparten un destino común, fueron asesinados en sus territorios, defendiendo las causas sociales más nobles”, apuntan.
Por ello, llaman a los organismos sociales de Colombia, a las organizaciones internacionales de Derechos Humanos para que inicien una campaña sostenida, cuyo eje esencial sea el restablecimiento de relaciones bilaterales entre Colombia y Venezuela, pero sin la injerencia del ejército de Estados Unidos, en dichas negociaciones.
Los comunistas ticos señalan que comparten lo expresado en el periódico digital El Clarín de Colombia y el noticiero de radio el Clarín sobre la urgente desmilitarización de la frontera con Venezuela, que cese los asesinatos de líderes populares y que se evite el desplazamiento masivo en Catatumbo.
“Podría parecernos no razonable. Pero, a decir verdad, la escalada militar en la frontera entre Colombia y Venezuela responde a la naturaleza intervencionista de Estados Unidos en nuestras soberanías nacionales. No olvidemos que el Departamento de Arauca, dirigido por un militar, es uno de los puntos de mayor fricción en este momento histórico entre ambos países”, refieren.
En su texto, el PVP denuncia también los ataques violentos con artefactos explosivos de las sedes de la Unión Patriótica, el Partido Comunista Colombiano, del Pacto Histórico y de Comunes.
Asimismo, exige respeto a los Derechos Humanos esenciales del pueblo de Colombia y a la vida de los líderes populares, sindicales y partidistas.
“Vendrá un momento, en que Uribe, Duque y los otros testaferros del imperialismo norteamericano, tendrán que ser sentados en el banquillo, para que dén cuenta de sus crímenes de lesa humanidad”, concluyen los comunistas ticos.
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