Estas brindan la oportunidad de analizar no solo los cambios que ocurren en los tejidos mamarios durante la lactancia, sino también información sobre un posible indicador temprano del desarrollo futuro de la enfermedad, precisaron los autores.
Pertenecientes al Wellcome-MRC Cambridge Stem Cell Institute (CSCI) y el departamento de Farmacología de la universidad de Cambridge, argumentaron que esa zona es dinámica y varía con el tiempo durante la pubertad, el embarazo, la lactancia y el envejecimiento.
Las células de la leche, que alguna vez se pensó estaban muertas o moribundas, en realidad están muy vivas, remarcó la doctora Alecia-Jane Twigger del CSCI, quien dirigió a los participantes.
“Creo que al estudiarlas, podremos responder algunas de las preguntas más fundamentales sobre la función de la glándula mamaria”, explicó la experta y mencionó cómo se produce la leche, por qué a algunas mujeres les cuesta producir leche y qué estrategias se pueden emplear para mejorar los resultados.
Los investigadores recolectaron muestras voluntarias de leche materna de mujeres lactantes, así como de tejido mamario no lactante donado por mujeres que eligieron someterse a una cirugía de reducción mamaria estética.
Al utilizar el análisis de secuenciación de ARN de una sola célula, el equipo realizó una comparación novedosa de la composición de las células mamarias tomadas con estos dos métodos e identificó las distinciones entre las glándulas mamarias humanas lactantes y no lactantes.
rgh/znc