Graduada del Royal Ballet School, Bond trabaja hoy en el proceso creativo de una obra, cuyo estreno en abril marcará su debut coreográfico en los escenarios de la isla y, posteriormente, en el Festival Internacional de Ballet de La Habana.
La creadora arribó a la capital de Cuba junto a Isabella Boylston, primera bailarina del ABT, compañía donde la legendaria Alicia Alonso alcanzó esa relevante categoría y es considerada una de sus glorias históricas.
Esta es la primera vez que trabajo en Cuba. Acá cada bailarín tiene sus talentos individuales. Todos le ponen alma al trabajo y están en completa sintonía, declaró Bond a Prensa Latina durante el ensayo previsto en la sede del principal conjunto de ballet cubano.
Detalló que la pieza interpretada por 10 bailarines cubanos sumado a dos parejas como solistas, se acompañará de una sonoridad muy religiosa, fruto de su búsqueda donde la música será protagonista.
Tuve una conexión inmediata con esa lírica, la cual he trasladado a los bailarines cubanos. Resulta una experiencia gratificante y muy emotiva, declaró la exbecaria del Instituto Coreográfico de Nueva York.
A juicio de Viengsay Valdés, directora general del Ballet Nacional, este tipo de colaboración aporta versatilidad técnico artística a los danzantes y reiteró el interés por enriquecer el repertorio de la compañía con renombre internacional.
Bond demostró su talento a los 13 años cuando compitió en la competencia coreográfica Sir Kenneth Macmillan del Royal Ballet y, desde esa fecha, ha recibido importantes becas como la Princess Grace 2017 y subvenciones otorgadas por la Fundación Virginia B. Toulmin.
Su nombre se asocia a las iniciativas de innovación que, en los últimos años, han distinguido al propio ABT y el New York Theatre Ballet y realizó proyectos coreográficos para otras relevantes compañías estadounidenses como el Atlanta Ballet, Ballet Sun Valley, Intermezzo Ballet Company, New York Theater Ballet and The Hartt School.
acl/chm