Se trata del primer civil fallecido desde que la víspera el Comité para la Coordinación de la Seguridad del Estado de la capital de Sudán, Jartum, reconoció el derecho a las manifestaciones, pero prohibió expresamente las demostraciones en el centro de la ciudad.
Desde la asonada la población reclama el retorno de los militares a los cuarteles y el establecimiento de un gobierno civil que complete la transición y saque al país de la inestabilidad política en la que se encuentra desde el derrocamiento en abril de 2019 del entonces presidente Omar al Bashir.
El conteo de los fallecidos lo hace un llamado Comité Central de Médicos, un grupo independiente y contrario a al Burhan, quien gobierna a través del Consejo Soberano de Transición, la máxima instancia hasta la celebración de elecciones, probablemente en 2023.
La víctima mortal de este domingo fue un hombre de 27 años de edad. Las protestas se extendieron a otras localidades como Gedaref, Kessala y Wad Madani (este), Darfur (oeste) y Kosti (sur), además de Dongola y Atbara (norte).
De acuerdo con comités de resistencia locales, las autoridades detuvieron desde el viernes a 45 manifestantes.
La crisis en Sudán se agravó a comienzos de este mes con la renuncia del primer ministro Abdallah Hamdok, quien acusó a los militares de la imposibilidad de formar gobierno.
Con el golpe, Hamdok permaneció en prisión domiciliaria hasta que el 21 de noviembre del año pasado firmó un pacto con al Burhan para el retorno a la transición y la celebración de comicios en 2023.
Entretanto, la Unión Africana exhortó la víspera a las autoridades militares y los líderes políticos reanudar el diálogo sobre la base de la Declaración Constitucional de Sudán, de agosto de 2019, y el Acuerdo de Paz de Juba, de octubre de 2020.
La decisión fue tomada después de una presentación del enviado especial de la UA a Sudán, Mohamed Belaiche, quien dijo al Consejo que la crisis en Sudán no se debía solo al aplastamiento violento de las protestas, sino también a la escisión de los partidos que se espera negocien con los militares en el poder.
Tal propuesta se produce luego que el Consejo Soberano tildara la semana pasada de injerencista la actuación de algunas misiones diplomáticas en Jartum.
El vocero del cuerpo castrense, Salma Abdel Jabar al Mubarak, se abstuvo de mencionar a los países implicados. Una propuesta de negociaciones hecha por la Organización de Naciones Unidas encontró oídos sordos entre la oposición política sudanesa.
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