De acuerdo con Alfredo Moltó, asesor del Ministerio de Salud(Minsa), el comportamiento de la variante predominante del SARS-CoV-2, causante de la dolencia, indica esa tendencia para las próximas semanas, pero se deben arreciar las medidas de bioseguridad.
El también director de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Panamá, explicó que las defunciones ocurren con mayor frecuencia dos semanas después que el contagio alcanzó la parte alta de la meseta.
“Vemos que hay un número importante de fallecimientos, pero también vemos que hay una disminución del número de nuevos contagios. Esperamos haber alcanzado el pico y que empecemos a bajar los casos”, agregó.
De todas maneras, el experto llamó a alejarse del optimismo en exceso “no vaya a ocurrir alguna sorpresa”, señaló en declaraciones al diario La Estrella de Panamá.
El comportamiento de la variante Ómicron en otras regiones del mundo es que aumenta exponencialmente los casos en un periodo de cuatro a seis semanas. Posteriormente se estabiliza en una meseta por un par de semanas, y después comienzan a disminuir rápidamente los nuevos contagios.
En el Istmo los nuevos contagios de la enfermedad experimentaron un exponencial incremento entre diciembre de 2021 y enero de 2022,y la positividad de las pruebas se multiplicó por siete al pasar de un 3,5 a un 37 por ciento. A diario se realizan 35 mil muestras, de las cuales cerca de 12 mil son positivas.
El 60 por ciento de los casos reportados es por la variante Ómicron, identificada en Sudáfrica.
El Gobierno de Laurentino Cortizo suspendió los tradicionales carnavales de 2022 para evitar un repunte de la Covid-19 y pusiera en peligro el inicio del curso escolar, el 7 de marzo, de manera presencial.
La víspera, el país canalero registró tres mil 150 nuevos casos y 15 decesos por la enfermedad, para un acumulado de 700 mil 274 contagios confirmados y siete mil 732 defunciones, respectivamente, desde el comienzo de la pandemia en marzo de 2020.
Según las estadísticas, se mantiene una letalidad del 1,1 por ciento, considerada una de las más bajas en Latinoamérica.
El Minsa insiste en la vacunación, debido a que el 90 por ciento de las muertes ocurridas en el último año de la pandemia ha sido en pacientes sin esquema de inmunización completo (una dosis o ninguna).
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