En esa comunidad, una de las primeras construidas por la Revolución después del triunfo de 1959, se emprendieron recientes mejoras para aliviar el deterioro por el paso del tiempo y la falta de mantenimientos oportunos, tanto en los edificios multifamiliares como en áreas circundantes.
El mandatario exhortó al cuidado y la sostenibilidad de esos beneficios, que propiciarán el bienestar de los vecinos, lo cual se extendió además al círculo infantil La espiguita, cuyos salones y otras áreas recibieron igualmente acciones de reparación y remozamiento.
En el supermercado de la barriada, también favorecido por los cambios constructivos y de remodelación, Díaz-Canel departió con los santiagueros que acudieron a recibirlo e insistió en el necesario trabajo con las familias más vulnerables y disfuncionales, en un trabajo social de largo aliento.
Instó a trabajar con intensidad, sistematicidad y corazón en estos programas revolucionarios, que reflejen una vez más la capacidad de los hombres y mujeres de esta tierra para convertir estas jornadas en nuevos Primeros de Enero, como fue la fecha de 1959 en que aquí se proclamó la victoria insurreccional.
El Hospital Materno Tamara Bunke, sometido a una reparación general, fue otro punto del recorrido gubernamental, que apreció la marcha de esos trabajos que deben finalizar en próximos días de marzo y posibilitarán condiciones superiores para esa importante asistencia sanitaria.
Otra parada de esta tarde de jueves fue en uno de los edificios de becarios de la sede Julio Antonio Mella, de la Universidad de Oriente, donde comprobó la calidad de las faenas de reparación y al dialogar con los estudiantes manifestó la aspiración de que sean así las residencias universitarias.
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