Funcionarios de ese territorio detallaron que los militantes del EI dejaron de luchar contra el Emirato Islámico (gobierno talibán), como resultado de los esfuerzos de las fuerzas de inteligencia y la cooperación de los líderes tribales.
De acuerdo con las autoridades, aquellos que se rindieron ya no lucharán contra el gobierno y se les otorgarán condicionalmente los términos del decreto de amnistía.
Los combates entre ambos bandos se desarrollaron en ocho distritos de Nangarhar, región fronteriza con Pakistán.
Según cifras de la Dirección de Inteligencia de Nangarhar, en los últimos cinco meses más de 500 combatientes del EI se rindieron al gobierno talibán.
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